Atención integral infantil y juvenil, dependencia, discapacidad, Gabinete de Trabajo Social, Trabajo social

LA FIGURA DE LA TRABAJADORA O TRABAJADOR SOCIAL EN LA UNIDAD DE ATENCIÓN INTEGRAL INFANTIL Y JUVENIL.

En la entrada anterior hacíamos referencia a los servicios que ofrece una unidad de atención infantil y juvenil, más concretamente la ofertada por Centro Médico Pontevedra. Hoy nos centraremos en la importancia de incluir a profesionales del trabajo social en este tipo de unidades.

Son varias las dudas que surgen sobre la atención específica que  puede ofrecer una trabajadora o trabajador social en esta unidad, y para intentar aclararlas vamos a enumerar los distintos aspectos de la intervención de este profesional en el ámbito de la atención integral infantil y juvenil.

La intervención de la trabajadora o el trabajador social en la unidad de atención infantil y juvenil se enmarca en una atención global al menor. Colabora como un miembro más del equipo multidisciplinar centrando su atención en el entorno más próximo a este: su familia. No podemos aislar al menor de su grupo de referencia más inmediato y poderoso, donde se van a encontrar los recursos y apoyos para vencer las dificultades. 

En una primera fase la trabajadora o trabajador social, mediante el método de la entrevista, realizará una recogida de información socio familiar que le servirá para elaborar un diagnóstico social y establecer el plan de trabajo con las estrategias necesarias que permitan ayudar a la unidad familiar a incorporar elementos de mejora que posibiliten un mayor bienestar al menor, a su familia y al entorno.

¿Que busca el profesional del trabajo social con su diagnóstico y plan de trabajo?

En primer lugar, atender y cubrir las demandas y necesidades de la familia y el entorno en el que vive el menor. En segundo, conseguir que la familia conozca y comprenda la realidad de su hijo, sus capacidades y limitaciones, para que  actúen como agentes potenciadores del desarrollo del niño.

¿Que nos ofrece un profesional del trabajo social para cubrir las demandas y necesidades del niño y su familia?

  • Activar y potenciar los recursos internos de la propia familia. 
  • Introducir los recursos necesarios (externos a la familia) en función de la problemática del niño y el momento de su ciclo vital.
  • Orientar a la familia sobre medios legales y sociales existentes, facilitando el conocimiento de los derechos, servicios, asociaciones, prestaciones económicas o de otra índole e informándoles  de las condiciones y formas de acceso a ellos. Algunos ejemplos son: valoración del grado de discapacidad o dependencia, ayudas económicas para ayudas técnicas, becas, etc…
  • Trabajar la derivación de las familias a profesionales especializados cuando éstos no puedan resolver por sí mismos una problemática concreta.
  • Promover la coordinación con profesionales de otros ámbitos e instituciones para trabajar conjuntamente estrategias de intervención y situaciones concretas.
  • Elaborar informes sociales a instancia privada que pueden ser remitidos a diferentes organismos públicos o privados (educativo, bancario, social, sanitario…).

Así pues,  la intervención de una trabajadora o trabajador social puede ser de gran ayuda en estos casos, ya que encontramos una figura profesional especializada en potenciar los recursos de las personas para ayudarles a alcanzar con éxito sus objetivos. 

Acude a un profesional del trabajo social, tiene mucho que ofrecer.

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